Al igual que lo recogido en el post Y ya van tres, llega el verano y con él la reproducción de pautas de conductas, como la repetición de los sumarios de los semanarios de economía, formación, empleo, etc., o los artículos-colaboraciones por partes. En el post Tirados a la papelera, editado hace dos años y pico, ya escribía sobre el referente y hace un año estuve a punto, pero me retuve, por eso de la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio. Hoy no me retengo.
Pues bien, un año más, autores, gacetilleros o cronistas, llevan platicando a través de artículos por entregas (I, II, III, …), con temas, a veces, inocuos o soporíferos, en fondo salmón. Me pregunto, si los coordinadores y redactores no disponen de material distinto, historias u opiniones ricas y diversas, un abanico amplio de especialistas, etc., de forma que se evite que cada cierto tiempo, como las tormentas de verano, se repitan reportajes, recurridos “perfiles” y “talantes”, con sus “colaboraciones”, y la misma estrategia de goteo.
Como decía un amigo, ex-gerente de auditoría externa y, actualmente, director financiero de un grupo empresarial de reconocido prestigio, "vamos por partes, como ciertas integrales". Dado que, en líneas generales, los equipos que coordinan los contenidos de este tipo de prensa tienen que funcionar bien, porque, caso contrario, no durarían un telediario en sus puestos, debería pensar que en mi provincia escasean las personas con redacción y estilo, que puedan escribir o contar cosas nuevas en los cajetines correspondientes, y déficit de interesantes experiencias empresariales y profesionales.
Una presunta regla no escrita, que tiempo atrás me comentaron en círculos publicitarios, y sobre la que no quiero entrar a debatir, pero sí registrar, es que, salvo excepciones, la cobertura de las noticias normales o del montón, suele ser directamente proporcional al volumen de publicidad que tal o cual grupo asigne al medio de información. No te confundas; táchame más de "sandio" y menos de "idealista".
También, probablemente suceda que el único que tiene el paso cambiado sea yo y, en verdad, esos artículos por entregas generan un inusitado interés en los lectores. Si es así, ¿por qué no se le da al escritor una página completa o un espacio más amplio?, porque, entonces, se rompería esa ilusionada espera del siguiente suplemento y, consecuentemente, se podría perder la fidelidad del lector. ¡Ah! El poder del marketing, la cautividad de la clientela, etc.
Queda la duda de si el año que viene repetiré, de nuevo, la sátira o apreciación subjetiva, cayendo, de alguna forma, en el desajuste o modelo que estoy calificando. Termino, con una frase para pensar y aplicar, metafóricamente hablando, a todas las injusticias que día a día observamos, redactada por la artista visual Gisela, recogida en el post Todo cae, de una de sus bitácoras:
“Caerás. Te veré desastrado en todas las aceras de mi país interrumpido. Tus ojos cobardes mirarán para siempre los ojos de tus muertos”.
Que tengas una climática semana y moderada en el uso del aire acondicionado, porque hay oficinas y despachos que parecen auténticas neveras y creo que eso no es bueno, ni para la salud ni para la optimización de los recursos energéticos.
Pues bien, un año más, autores, gacetilleros o cronistas, llevan platicando a través de artículos por entregas (I, II, III, …), con temas, a veces, inocuos o soporíferos, en fondo salmón. Me pregunto, si los coordinadores y redactores no disponen de material distinto, historias u opiniones ricas y diversas, un abanico amplio de especialistas, etc., de forma que se evite que cada cierto tiempo, como las tormentas de verano, se repitan reportajes, recurridos “perfiles” y “talantes”, con sus “colaboraciones”, y la misma estrategia de goteo.
Como decía un amigo, ex-gerente de auditoría externa y, actualmente, director financiero de un grupo empresarial de reconocido prestigio, "vamos por partes, como ciertas integrales". Dado que, en líneas generales, los equipos que coordinan los contenidos de este tipo de prensa tienen que funcionar bien, porque, caso contrario, no durarían un telediario en sus puestos, debería pensar que en mi provincia escasean las personas con redacción y estilo, que puedan escribir o contar cosas nuevas en los cajetines correspondientes, y déficit de interesantes experiencias empresariales y profesionales.
Una presunta regla no escrita, que tiempo atrás me comentaron en círculos publicitarios, y sobre la que no quiero entrar a debatir, pero sí registrar, es que, salvo excepciones, la cobertura de las noticias normales o del montón, suele ser directamente proporcional al volumen de publicidad que tal o cual grupo asigne al medio de información. No te confundas; táchame más de "sandio" y menos de "idealista".
También, probablemente suceda que el único que tiene el paso cambiado sea yo y, en verdad, esos artículos por entregas generan un inusitado interés en los lectores. Si es así, ¿por qué no se le da al escritor una página completa o un espacio más amplio?, porque, entonces, se rompería esa ilusionada espera del siguiente suplemento y, consecuentemente, se podría perder la fidelidad del lector. ¡Ah! El poder del marketing, la cautividad de la clientela, etc.
Queda la duda de si el año que viene repetiré, de nuevo, la sátira o apreciación subjetiva, cayendo, de alguna forma, en el desajuste o modelo que estoy calificando. Termino, con una frase para pensar y aplicar, metafóricamente hablando, a todas las injusticias que día a día observamos, redactada por la artista visual Gisela, recogida en el post Todo cae, de una de sus bitácoras:
“Caerás. Te veré desastrado en todas las aceras de mi país interrumpido. Tus ojos cobardes mirarán para siempre los ojos de tus muertos”.
Que tengas una climática semana y moderada en el uso del aire acondicionado, porque hay oficinas y despachos que parecen auténticas neveras y creo que eso no es bueno, ni para la salud ni para la optimización de los recursos energéticos.