Acepté la invitación para asistir a una reunión técnica sobre cuestiones comerciales, bajo el sugestivo nombre "El Cliente forero", que tenía lugar en el crepúsculo del día, por lo que me
armé de valor (sabes que a esas horas ya estoy picando billete para visitar a
Morfeo) y ofrendé el final de la jornada al encuentro de trabajo.El tema puedo ampliártelo un poco sin que el anfitrión se me enfade: interacción con los clientes a
través de las redes sociales virtuales. De ese interesante cenáculo profesional
y para no cansarte en esta mañana, voy a destacar la aportación de una de las
colaboradoras para mejorar la calidad de contacto con la clientela: no coartar
la participación de los foristas (usuarios de los foros).
Parece una obviedad pero no lo es. Con la excusa del diseño
técnico de las herramientas de la blogosfera, somos muy dados a encorsetar o
limitar las aportaciones largas, expresivas y, en muchas ocasiones, pormenorizadas
de los participantes en los distintos recursos telemáticos que ponemos a
disposición de los clientes en la Red, sobre todo en los foros. ¿Realmente, tenemos miedo de ese bombardeo y de la crítica profunda y documentada? No nos confundamos y dejemos fluir el comentario en toda su extensión, posibilitando, propiciando, incentivando, que el forero se exprese tanto como
quiera, sin establecer límites tipo twitter, permitiendo linkeos, anexos,
fotografías o incluso vídeos, facilitándoles la aportación de todos los detalles que estime oportuno (fuente de la imagen: sxc.hu).