Algunos analistas discurren que la curiosidad de Leonardo Da Vinci por descubrir, investigar, … desarrolló su creatividad hasta límites insospechados y desde que era un bebé lo catapultó a ser la persona más creativa de la historia de la Humanidad. Creo que en la infancia todos los niños y niñas son Leonardo Da Vinci o Marie Curie (o Theresa Cori, o Hypatía de Alejandría o Sofía Kovalévskaya, …) en potencia y son los adultos (padres, madres, tutores, profesores, …) los que con distinto acierto se encargan de motivar o matar ese "incentivador" de la creatividad que es la curiosidad.
Así que puedo ser creativo si re-estimulo la creatividad por la vía del re-descubrimiento y práctica de la curiosidad que disfrutaba en la infancia y que fue ahogada por la rutina diaria de algunas tradiciones, prejuicios, urbanidades y otros encorsetamientos sociales del momento. No es una cuestión de genotipo o fenotipo o, dicho de otra forma, de genética o personalidad, sino de voluntad, asimilación de técnicas para que surjan las ideas y a ponerse a conducir por la autopista de la creatividad, como ese niño que en un tiempo no tan lejano fui.