Asistí a la primera sesión de la disciplina “Técnicas de Negociación”, impartida por Andrés, dentro de la programación del Grado en Derecho de la Universidad de la Rioja (España). Albergaba con impaciencia el inicio de esta materia y no dudo que en estos meses voy a ser una esponja absorbiendo todos los conocimientos que el doctor en Ciencias de la Educación, por la Universidad de Valencia, tenga a bien transferir al alumnado. Ya te iré contando.
Como decía el profe en la presentación, nos pasamos todo el día negociando, no sólo en el trabajo, sino en casa y a veces incluso con uno mismo. A nivel profesional, del rosario de experiencias que te podía trasladar, sonsaco esta mañana dos: la compra de una maquinaria de almazara, que te comenté en el post “Ponerme colorado”, y la negociación de la distribución de los Donuts (cuando eran del día) que te apunté en “Parece que fue ayer” (esa batalla entre David y Goliat en la que al primero le falló la honda).
En cuanto a lo personal, te dejo las imágenes de algunos trozos del penúltimo convenio que he firmado con el peque, con motivo de la gestión del “control parental” de la consola de videojuegos. Después de casi un mes de reuniones preparatorias, redactamos una propuesta de acuerdo, del cual te dejo un trozo, no sin antes estar a punto de romperse las negociaciones en más de una ocasión. Finalmente, cedí en un aspecto puesto que se compensaba en otra manifestación (Fuente de la imagen del encabezado: sxc.hu).