Por textos como “Sí puedorl” o el mismo “el run run del parqué”, sabes que aplico la frase “run run” para lo relacionado con movimiento, información, continuidad, flujo… y siempre dependiendo del contexto. Esta mañana lo utilizo para definir esa pleamar o marea de conocimiento alimentado por los clientes a través de los distintos medios de comunicación virtual, que los expertos anglosajones denominan “groundswell” y que a mí me gusta designarlo como “marejada comercial”, “clamor clientelar” o “run run marketeniano” (fuente de la imagen: pixabay).
Con todo respeto a esos expertos, la base de groundswell no es otra que la tradicional “escucha” de los “susurros de la pradera” de nuestros ancestros, lo que traducido a la era tecnológica en la que nos encontramos inmersos consiste en utilizar, precisamente, esa tecnología que nos envuelve por doquier para filtrar y analizar las conversaciones que los clientes y terceros que pasan por allí, mantienen sobre nuestros productos o servicios. Por tanto, asumiendo la importancia de este monitoreo continuo, deberé promover la aplicación de recursos en esa línea, con el objetivo, también solariego, de desplegar y optimizar la función comercial.