Mientras observaba los coches de Fórmula 1, he estado reflexionando que en estos momentos de incertidumbre, generados por la aguda crisis que padecemos, no es malo que los directivos miren por el retrovisor y analicen los productos y servicios exitosos que han comercializado en el pasado, de forma que, si procede, puedan seguir ofreciéndolos, al tiempo que exploran innovaciones que generen nuevos ingresos. Debemos tener la capacidad de coordinar con la misma habilidad lo cotidiano y lo innovador, al tiempo que entendemos y somos sensibles a las necesidades de los diferentes tipos de actividades. Parece un pensamiento básico, y lo es, pero en la práctica, para salir de la depresión nos aferramos en la búsqueda de nuevas soluciones y rechazamos lo tradicional, porque lo asociamos al paquete de responsables del desastre (imagen de 100pies.net).