Escuché atentamente la tertulia sobre las habilidades de venta en la
consultoría jurídica y económica en general y en las profesiones de economistas,
abogados, titulados mercantiles, graduados sociales y similares en particular. La conclusión a la que llegué es que por muy bueno que se
sea, si uno no se vende, bien cabe, por si acaso, no aplicar el refrán “el buen
paño en el arca se vende”, es decir, aunque la calidad de mi trabajo sea suficiente
para que se estime por terceros sin necesidad de prodigarse a diestro y siniestro, no pasa nada con pregonar lo que se pueda
publicitar a través de la Red, por si las moscas, generando expectativas de aporte significativo de
valor a los proyectos, expedientes, procesos o negocios, de forma que pueda captar la atención de los
potenciales usuarios de mis servicios profesionales en cualquier parte del globo terráqueo.
Esa captación de
atención no sirve para nada si no va acompañada o sustentada en forjar confianza,
tanto en mí como en el que me va a contratar. Pero ¡ojo! La confianza no es un
huevo que se echa a freír, sino que es un camino que se va recorriendo armoniosamente
a lo largo de toda la vida profesional. Termino transcribiéndote la idea con la que
finaliza Francesc Domínguez su artículo
publicado en Noticias Jurídicas, “Clientes potenciales: ¿cómo captar a los adecuados?”: “Todos pensamos en cambiar el mundo, pero nadie piensa en
cambiarse a sí mismo”, dijo Tolstoi. Y lo cierto es que no hay que ser muy
inteligente para saber que cambiar el mundo es muy difícil. Cambiar uno mismo,
optimizarse, es más fácil, desde luego más asequible y da mejores resultados. Ya
sabe: lo que cambia por dentro, se nota por fuera.”
Te dejo un vídeo, subido a Youtube por videosvlex, con una entrevista a Francesc, sobre marketing jurídico. Que esta semana te sea proactiva en lo laboral, profesional,
empresarial o institucional, según proceda o te interese (Fuente de la imagen:
sxc.hu).