En el periodo 1994-1998, al abrigo de la Federación, tuve la oportunidad de organizar jornadas (más de cincuenta en toda Andalucía), innumerables seminarios y cursos de reciclaje formativo (¿miles?), congresos (tres), revistas (nueve números), periódicos, etc. Al inicio, por cuestiones presupuestarias, empezamos de forma digamos doméstica, realizando todo el trabajo prácticamente nosotros, salvo el diseño de la imagen del producto y la imprenta o repografía, que la contratábamos.
En los primeros momentos, teníamos la suerte de contar con una diseñadora, a freelance, Pastori, que realizaba trabajos que nos gustaba, eran muy decentes (se notaba los proyectos en los que no participaba ella). Luego, sugerido por nuestro Presidente, nos arriesgamos y pusimos en marcha un departamento de “Relaciones y Comunicación” con Auxi al frente. La verdad es que se me facilitó sobremanera los temas y pude dedicarme a lo verdaderamente importante y ella me resolvía eficientemente todo lo demás, sobre todo lo tedioso de la selección y negociaciones con los proveedores diversos: gestión de la revista ELformador (con una tirada trimestral de 10.000 ejemplares) medios, hoteles, restaurantes, agencias, etc. y el importante trabajo de la planificación estratégica de los proyectos y su análisis posterior.
La imagen es fundamental y el slogan también. Procurábamos que cada evento dispusiera de una imagen y una frase representativas. Cierto que unas veces acertábamos mejor que otras. No obstante, cuando llegaron las vacas gordas, presupuestariamente hablando, se accedió al complejo mundo de las agencias de publicidad y de medios y, debo reconocer, que no todo fue de color de rosas, ya que se mezclaban intereses empresariales con personales: ¡Conozco a Pepito que trabaja en la Gran Vía y hace unas campañas de escándalo! ¡Lo hacemos con fulanito que le trabaja a la asociación “Z”! ¡Como el Congreso se hace en la provincia “X” pues la empresa tiene que ser de allí!, etc. Supongo que como en todos los sitios, las presiones eran agobiantes.
Los técnicos pretendían que realizara todo de manera profesional, objetiva. A veces teníamos que darnos contra un muro a sabiendas que nos íbamos a dañar y algún que otro poner su puesto a disposición de la dirección. Pero después, con independencia de la asunción de las responsabilidades formales, como la gente no es tonta, todos sabíamos qué persona, grupo de influencia o medio había sido el verdadero promotor de los escasos pero importantes desastres. Y aprendíamos de los errores. ¡Digo que si aprendíamos!
En 1999, entre otros muchos proyectos, me tocó participar en el diseño y ejecución de una campaña publicitaria para vender ADSL (creo que fue de las primeras que se realizaron en Andalucía), ya que una de las empresas del grupo en el que colaboraba era del sector de las telecomunicaciones, operador de telefonía incluido. Pero fue con posterioridad, ya en el siglo XXI, cuando conocí en profundidad los pormenores de la gestión de medios y proyectos de comunicación en el sector de Internet, al procurar reactivar portales diversos (Gastronomía, Vinos, Viajes, etc), y la importante labor de comercialización, si bien, lo aprendido en los años anteriores me ayudó a enfocar los temas de forma distinta.
Actualmente me considero un “maestro liendre” en estos ruedos, es decir: “de todo sabe y de nada entiende”. Ahora en serio, dispongo de una cultura general sobre el referente, en cuanto a dirección de proyectos y algunos aspectos técnicos, pero lo importante son los honestos profesionales en diseño, maquetación, contenidos, tecnología, etc. que realizan el verdadero trabajo. Si tienes la suerte de reunir a un equipo compacto, para un proyecto concreto que coordines, tendrá éxito con casi toda seguridad.
En los primeros momentos, teníamos la suerte de contar con una diseñadora, a freelance, Pastori, que realizaba trabajos que nos gustaba, eran muy decentes (se notaba los proyectos en los que no participaba ella). Luego, sugerido por nuestro Presidente, nos arriesgamos y pusimos en marcha un departamento de “Relaciones y Comunicación” con Auxi al frente. La verdad es que se me facilitó sobremanera los temas y pude dedicarme a lo verdaderamente importante y ella me resolvía eficientemente todo lo demás, sobre todo lo tedioso de la selección y negociaciones con los proveedores diversos: gestión de la revista ELformador (con una tirada trimestral de 10.000 ejemplares) medios, hoteles, restaurantes, agencias, etc. y el importante trabajo de la planificación estratégica de los proyectos y su análisis posterior.
La imagen es fundamental y el slogan también. Procurábamos que cada evento dispusiera de una imagen y una frase representativas. Cierto que unas veces acertábamos mejor que otras. No obstante, cuando llegaron las vacas gordas, presupuestariamente hablando, se accedió al complejo mundo de las agencias de publicidad y de medios y, debo reconocer, que no todo fue de color de rosas, ya que se mezclaban intereses empresariales con personales: ¡Conozco a Pepito que trabaja en la Gran Vía y hace unas campañas de escándalo! ¡Lo hacemos con fulanito que le trabaja a la asociación “Z”! ¡Como el Congreso se hace en la provincia “X” pues la empresa tiene que ser de allí!, etc. Supongo que como en todos los sitios, las presiones eran agobiantes.
Los técnicos pretendían que realizara todo de manera profesional, objetiva. A veces teníamos que darnos contra un muro a sabiendas que nos íbamos a dañar y algún que otro poner su puesto a disposición de la dirección. Pero después, con independencia de la asunción de las responsabilidades formales, como la gente no es tonta, todos sabíamos qué persona, grupo de influencia o medio había sido el verdadero promotor de los escasos pero importantes desastres. Y aprendíamos de los errores. ¡Digo que si aprendíamos!
En 1999, entre otros muchos proyectos, me tocó participar en el diseño y ejecución de una campaña publicitaria para vender ADSL (creo que fue de las primeras que se realizaron en Andalucía), ya que una de las empresas del grupo en el que colaboraba era del sector de las telecomunicaciones, operador de telefonía incluido. Pero fue con posterioridad, ya en el siglo XXI, cuando conocí en profundidad los pormenores de la gestión de medios y proyectos de comunicación en el sector de Internet, al procurar reactivar portales diversos (Gastronomía, Vinos, Viajes, etc), y la importante labor de comercialización, si bien, lo aprendido en los años anteriores me ayudó a enfocar los temas de forma distinta.
Actualmente me considero un “maestro liendre” en estos ruedos, es decir: “de todo sabe y de nada entiende”. Ahora en serio, dispongo de una cultura general sobre el referente, en cuanto a dirección de proyectos y algunos aspectos técnicos, pero lo importante son los honestos profesionales en diseño, maquetación, contenidos, tecnología, etc. que realizan el verdadero trabajo. Si tienes la suerte de reunir a un equipo compacto, para un proyecto concreto que coordines, tendrá éxito con casi toda seguridad.