“la orientación empresarial al consumidor final, con el propósito de establecer una asociación recíproca de intereses, reconocida o no por ambas partes, con el que aquél obtenga la satisfacción de sus necesidades funcionales, emocionales y relacionales, y la empresa los objetivos de rentabilidad estratégicos de su plan de negocio, y con el que el uso y poder sobre las herramientas tradicionales se cede a dicho consumidor final”.
Ideas interesantes las que nos fue desgranando a lo largo de cuatro horas, Extraigo algunas, como que ya no hay que ir a buscar al consumidor, debemos trabajar para que él nos encuentre; o la relativa a la “confianza relacional”, lo que me puso más alegre porque me hizo reflexionar sobre la estrategia comercial, promocional y de marketing que practico con peor o mejor acierto, pero que, según la interpretación de las enseñanzas de Rovira, es correcto y sólido el camino que he elegido y son otros directivos los que tal vez deberían meditar sus tácticas y maniobras empresariales y pensar que no estamos en una "época de cambios", que se superan, por ejemplo, destituyendo a personas que presuntamente "no se comen el mundo" y contratando a otras con presunta "hambre canina" y sin escrúpulos. No, no estamos en época de cambios, estamos ante un auténtico "cambio de época", como en el Renacimiento, que traerá muchas cosas distintas en todos los ámbitos empresariales, desde los comerciales hasta lo operativos, pasando por los económicos, financieros y, por supuesto, la gestión de personas. Te dejo una foto de un momento de la ponencia.