No hay que tener miedo

Dar sin pedir nada a cambio. Ayer agradecí el comentario de mi interlocutora de que dejaba caer en el blog determinadas ideas, soluciones, asesoramiento, …, sobre lo que podía cobrar o, en todo caso, estaba entregando munición a la competencia, pero le trasladé mi disconformidad por varias razones. Dejando a un lado que esas referencias son genéricas y recordando lo recogido en el post Networking, en el sentido de "devolver a la red el doble de lo que recibes", en la época en la que estamos no hay que tener miedo que al ofrecer parte de tus conocimientos, experiencias o tránsito, los empleadores o clientes no te contraten porque ya tienen lo que, en otras condiciones, les hubiera costado dinero.

Realmente, al dar un consejo, escribir una reflexión profesional, comentar una experiencia o impartir una clase magistral, todo a coste “cero” para el visitante o usuario, por supuesto que estás transmitiendo “saber hacer”, pero el beneficio o retroalimentación (feed back) se encuentra en el efectivo marketing relacional que puede posibilitar en un futuro convenios acuerdos, contratos mercantiles, es decir, lucrativos. Mediante esas herramientas comunicativas o difusoras, el potencial empleador o cliente conoce la sistemática, la inventiva, confianza e ilusión en entregar valor. También, está al tanto de nuestros datos y otras referencias de contacto, por si en un futuro se genera el atractivo de la llamada telefónica, el email, el wasap, … y la consecuente propuesta de colaboración o recomendación (Fuente de la imagen: sxc.hu).