Instructiva conversación la que mantuve ayer con un
familiar, acerca del futuro que nos depara a medio plazo y el canje de
artículos y servicios. Defiende, argumenta y pronostica el trueque como
fórmula comercial localista. Consiste en el intercambio de objetos o servicios por
otros objetos o servicios, diferenciándose de la compraventa habitual en que no
intermedia el dinero en la transacción. Al contrato por el cual dos personas acceden a
un trueque se le denomina permuta (Fuente: Wikipedia).
No digo que no, pero para ello la sociedad, tal y como la
conocemos, tiene que cambiar bastante en todo tipo de hábitos y costumbres.
Probablemente, lo que está sucediendo económicamente la empuje hacia ese
estadio social, acelerando la evolución. Cierto que en época de crisis, como la actual, es habitual
que el trueque recobre importancia, debido fundamentalmente a la pérdida de
valor del dinero. Formas de trapicheo comercial, como
el banco del tiempo o los mercados de trueque hispanoamericanos, se ponen de
moda en otros territorios o regiones.
Por otro lado, la difusión del uso de Internet, facilita la
labor de búsqueda y localización de los potenciales oferentes y demandantes
para los intercambios, a través de redes especializadas o comunidades
específicas, posibilitando la múltiple interacción de los usuarios. Escribe Eric
Spitznagel en Businessweek, “Rise of the Barter Economy”, que todavía las personas necesitan un empujón
para utilizar este sistema comercial. Incluso, algunos promotores son
cuestionados acerca de si sus acciones se enmarcan en algún tipo de fraude.
En opinión de Eric, hoy descubrir la receta para que el trueque sea
rentable es complicado, al no encontrarse el dinero enredado en los intercambios. Que esta semana te sea
beneficiosa en lo laboral, profesional, empresarial o institucional, según
prefieras o te interese (Fuente del gráfico:
Wikipedia).