Todo el día laboral de ayer estuve bebiendo de fuentes de conocimiento relacionadas con el derecho mercantil en general y el concursal en especial. Si quieres más información, visita el post "Eficacia finalista". Al final de la tarde, mientras volvía a casa en el viejo mate, unas preguntas rondaron mi cabeza durante todo el trayecto: ¿Está tu señor cliente contento contigo? ¿Y tú con él? Reflexioné sobre la necesidad de atender especialmente la relación con cada señor cliente, procurando siempre ser positivo, estableciendo vínculos que posibiliten una conexión comercial perdurable y honesta. Para ello, nada mejor que escuchar con esmero para captar lo que verdaderamente necesita y, por supuesto, realizar bien el servicio contratado. Si el señor cliente no es razonable, digno, honrado, de palabra, ..., no merece la pena dedicar ni un minuto más a su proyecto. Hay que quitarle lo de "señor" y pensar en darle la espalda, al tiempo que se pone rumbo hacia el legítimo, positivo, fidedigno, señor cliente, que está esperando en otro recodo del camino. Que descanses en el fin de semana (imagen elaboración propia).